02/22/08

Hojas de una Historia Perdida




________________________Cuento corto por Saziwe/2008


Una hoja de gratitud en un café, ¿sería también idealizada?

En el palillo de madera, movedor del café, ella escribió gracias, gracias, gracias…
Daba gracias al Universo y a la vida que en ese instante podía ser libre para decidir, elegir donde ir y con quien estar y hablar. Se sintió escritora de su destino. Pensó que era el dedo que escribía la historia. Todo esto, dentro de una eufórica expectación de un instante en la gran ciudad. Mientras leía un libro en el Café, le pareció que tenía una escritora a su lado. Una mujer revisaba sus manuscritos, sin sospechar que al lado de ella había una soñadora empedernida. Soñaba con una nueva historia para su vida, contrario a lo que imaginaba; en realidad ella no tenía el control de escribir lo que allí sucedía o podía suceder.

Estando escondida en el silencio del recuerdo, una hoja perdida voló, sin nadie saber lo que diría; talvez la historia que aquella tarde se escribía. El la vio a ella en la multitud y con evasión no mostrando interés, conteniendo emociones por miedo a mirarse en los ojos de ella. Caminaron por las aceras de la ciudad, teniendo una conversación trivial en el camino. Ella procuraba esconder la emoción del instante.

Ya sentados a la mesa fueron buscando conocerse el alma. Y así fueron abriéndose al hablar de la realidad que vivían. La soñadora empedernida con la historia que ella quiso escribir, le tomó la mano con ternura y le dio gracias por estar allí. Mirándolo fijamente a los ojos como queriendo dejarle grabado en la memoria, con el gesto. Era un mirar de amor, deseo y a la vez respeto. Vivió el instante con intensidad a la misma vez mostrando respeto al tiempo y al dedo que escribía la historia perdida.

Bajaron escaleras, caminaron por la ciudad de vuelta a los deberes luego de una pausa en tiempo. Al despedirse ella con toda la libertad del ser, le dio un beso en la mejilla con la intención de que tampoco la olvidara. Lo miró, dijo adiós no sin antes decirle – “Quiero que sepas que aunque no entiendas, ni yo tampoco, tú eres difícil de olvidar”.

Ella se marchó por la gran avenida, sin mirar atrás ni un instante; con lágrimas en los ojos que nadie veía, solamente quien escribirá la historia. Ella llamó al taxista que la recogió en el Café. Con todo daba gracias por haberle visto. Mientras meditaba en la inexplicable emoción de aferrarse al recuerdo de una sonrisa. Escondiendo el anhelo y la añoranza de posibilidades no conocidas. Con los ojos que se anticipan a mirar más alla de la visión natural, ella contemplaba el camino temiendo que El, que escribe la historia de sus vidas hubiera cerrado el libro. En su interior pedía a gritos en silencio “escribe otro capítulo de nosotros”, imploraba “no termines esta historia”. Ella, que vivía aquel instante en el silencio de una verdad, escribía y lloraba como el que tiene sed y el agua se le escapa entre los dedos.

Dos águilas vuelan en las alturas y una mariposa atraviesa el umbral… Y la hoja se asoma discretamente repasando la historia que se resiste a perderse.



Photo by REUTERS/Keith Bedford (UNITED STATES)

2 comentarios:

Yeli dijo...

Me encanta tu página-tiene mucho de tu esencia en ella. Viva la letra que nos libera!!!!!!!

Soy una soñadora empedernida... dijo...

Todo en el tiempo tiene su peso... escondido en el laberinto del alma. Hay incognitas muy adentro...inexplicables. Me encanto el cuento. Aun en el palillo que mueve el cafe seguiremos escribiendo "Gracias". Con lagrimas escondidas seguiremos caminando. Sigue escribiendo!!! Es una hoja en el viento.